lunes, 15 de agosto de 2011

Harry until the very end...

Hoy una amiga me dijo:
"Por suerte no caí en la onda de Harry Potter..."

Y yo... ¿Qué?
Caí de lleno, en diagonal y desde arriba de la Torre Eiffel...
Y lo peor es que estoy ORGULLOSÍSIMA de haberlo hecho... Sin Harry nunca hubiera empezado a leer cosas más largas que un cuento...
Harry creció conmigo, me hizo pensar en muchas cosas, me hizo llorar a ríos y mares, me hizo reírme, hablar, gritar, enojarme y hasta cantar.
Son cosas que son difíciles de entender.
Pero que pueden comprenderse mejor si te digo que lei Harry Potter a los 8 años, cuando la gran mayoría de los nenes estában mirando los Power Rangers (yo también los miraba, eh) y rascandose... Lo lei enterito, de pe a pa. Corridito. Buscando palabras en el diccionario y preguntandole a los más grandes algunas expresiones en neutro...
Así se aprende el oficio. Amando.
Así como Harry, que me enseñó que en la vida el amor SIEMPRE nos salva.
Que estuvo, está y estará ahí, cuando lo necesite, cuando tenga ganas.
Porque Harry estuvo ahí 10 años... Muchos días, tardes y noches.
Muchas esperas y listas para conseguir los fakin libros.
Porque si hay algo de lo que estoy segura es de que Harry cambió mi vida.

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