sábado, 26 de febrero de 2011

Debe ser problema de adaptación..

No puedo dejar de extrañarte... Es impresionante...

Supongo que en el fondo confío en la idiota idea de que vas a entrar por la puerta y vas a decir que somos unos idiotas por haber caído...

No puedo estar caminando por la calle buscándote constantemente, como si todavía no fuera consciente de lo que pasó. No es que me niegue a aceptarlo, es que me niego a perderte...

Debe ser que te extraño más que mucho...

domingo, 20 de febrero de 2011

lunes, 7 de febrero de 2011

But we keep paving over paradise...

Mi ahijado, el terrible!


En la costa. Santino peleando como de costumbre con Máximo, sacándole los juguetes y esas cosas de bebés.
Pero San lleva todo a otro nivel y aplica un poco de fuerza bruta de vez en cuando...
En esta ocasión en particular mi señor padre decide pegarle un grito para ubicarlo un poco...
Santino sale al patio, se arrodilla, pone la cara en el piso, se abraza la cabeza y se pone a llorar en silencio.
5 segundos de este espectáculo rompecorazones, el guachito en cuestión empieza a gritar: "¡Madriiiiiii!"
La "Madri" sale y comienza la charla:

Mara: San... No tenés que pelear con Mini...
Santi: Ya sé...
M: ¿Qué le hiciste recién?
S: Le pegué...
M: ¿Por qué?
S: Porque no quiero compartir...
M: (comienza el tono persuasivo) Pero Saaaaantiii... si cuando vos venís a casa Mini te presta todo... te presta el pianito de Mickey que a vos te gusta, te presta los autos, las pelotas, los bloques, la masa... ¡todo! ¿Por qué vos no le prestás?
S: (tono de supervillano) porque yo soy ¡MALO!





¿Qué querés que le diga?
Si, llegamos a un acuerdo en el que él le compartía ciertos autos a Máximo a cambio de futuros préstamos y demás... Pero el pibe tenía un argumento irrefutable...

Igual cuando nos fuimos le dio un beso y le dijo: "Mini, te quiero."

Como (casi) nadie lee mi blog ni ve mi fotolog...

¡¡HAGO LO QUE QUIERO CON ELLOS!!!

¡Y me importa un joraca!

jueves, 3 de febrero de 2011

No se me importa un pito que las mujeres...


No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.

Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

Valentine's Day


Sí, tengo novio.

Pero no puedo odiar febrero?
No puedo odiar las gomosidades que conlleva?
No puedo odiar los corazones por todos lados?
No puedo odiar todo lo que trae consigo la peor "festividad" de todo el año?

Nunca me gustó ni me va a gustar el 14 de febrero
No lo considero una ocasión para recibir ni regalos, ni flores, ni un carajo. (mucho menos para regalar nada de eso)

No saludo a mi novio por el 14 de febrero, ni él a mí.
No nos regalamos nada.

((Te digo más... el año pasado estábamos cada uno en su respectivo hogar y decidimos a las 17.30 tomar mate juntos, por el simple hecho de estar ambos dos al reverendísimo pedo...))


So... Por qué no puedo opinar? Malas! (Igual las adoro)



PD: para mí el Valentine's Day es el día en el que trato de que James Burgon Valentine se convierta en James Burgon Valentine de Capria Ferreiro.