lunes, 7 de febrero de 2011

Mi ahijado, el terrible!


En la costa. Santino peleando como de costumbre con Máximo, sacándole los juguetes y esas cosas de bebés.
Pero San lleva todo a otro nivel y aplica un poco de fuerza bruta de vez en cuando...
En esta ocasión en particular mi señor padre decide pegarle un grito para ubicarlo un poco...
Santino sale al patio, se arrodilla, pone la cara en el piso, se abraza la cabeza y se pone a llorar en silencio.
5 segundos de este espectáculo rompecorazones, el guachito en cuestión empieza a gritar: "¡Madriiiiiii!"
La "Madri" sale y comienza la charla:

Mara: San... No tenés que pelear con Mini...
Santi: Ya sé...
M: ¿Qué le hiciste recién?
S: Le pegué...
M: ¿Por qué?
S: Porque no quiero compartir...
M: (comienza el tono persuasivo) Pero Saaaaantiii... si cuando vos venís a casa Mini te presta todo... te presta el pianito de Mickey que a vos te gusta, te presta los autos, las pelotas, los bloques, la masa... ¡todo! ¿Por qué vos no le prestás?
S: (tono de supervillano) porque yo soy ¡MALO!





¿Qué querés que le diga?
Si, llegamos a un acuerdo en el que él le compartía ciertos autos a Máximo a cambio de futuros préstamos y demás... Pero el pibe tenía un argumento irrefutable...

Igual cuando nos fuimos le dio un beso y le dijo: "Mini, te quiero."

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