viernes, 2 de julio de 2010

TDLC2

Ok.
Una vez más se confirma que mi esposa y yo somos las ovejas negras del rebaño. Recomiendo con devoción la disolución del grupo para que las manzanas sanas no se contagien.
Todavía no entiendo qué es lo que tiñe nuestra lana de ese valor acromático pedorro e insípido.



Wife: acabo de decidir dar el final. De todas maneras no tengo problema en ayudarte a estudiar para el recuperatorio si es que decidís darlo. Supongo que, a pesar de la vida, lo daré en Diciembre/Noviembre. No siento que mi cerebro pueda tolerar esto ahora mismo.

Sinceramente... me decepciono de mi misma. No entiendo qué es lo que nos separa. Les informo que le pedí a Cánepa una devolución de mi parcial para acercarme más a una respuesta satisfactoria.

Nada... Ni ganas de nada.

Odio que haya tardado tanto para mandar lo que mandó. Odio haberme sacado un 5 y no un 4. Porque no entiendo qué es lo que hace que un 5 no sea un 4. Odio no haberme anotado a la noche. Odio arrepentirme ahora. Odio que ahora esté condicionada a escribir dos millones de palabras y dar una exposición realmente al pedo.

Pero amo llevarmela a final. Amo tener que hacer miles de resumenes y aprenderme qué autor es de qué unidad. Amo aprenderme los nombres de los autores y relacionarlos con sus teorías. Al fin y al cabo, los finales demostraron ser buenas experiencias. Y, más allá de Cánepa, me va a gustar darlo (no estudiar, sino darlo).

Y, aunque odie admitirlo, Cánepa me cae bien ahora, a pesar de ser pedante, irónico, arrogante, sádico y demás adjetivos.

Gracias Cánepa por hacer que tenga que dar final. Gracias en serio. (Léase sin sarcasmo.)

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